El té negro pakistaní, especiado con cardamomo, canela, clavo y vainilla principalmente, y que a veces puede tener otras como pimienta, hinojo o anís , admite muy bien que le tomemos acompañado de lech , y no suelen acompañarse con azúcar o edulcorantes ya que estas especias le proporcionan toques de agradable dulzor. Su infusión es óptima con agua sobre 95º durante unos 5 minutos, siendo de color ámbar intenso, aroma muy agradable que le hace diferente y sabor fuerte y lleno de matices. Muy rico en flavonoides y minerales como Zinc, Cromo, Magnesio, Manganeso, Hierro, Potasio, Fosforo, Flúor y Aluminio.
Su consumo de 1 a 3 tazas día , ayuda a nuestro organismo por el aporte de antioxidantes y polifenoles, nos ayudaran a incrementar los niveles del colesterol HDL, en la no oxidación del colesterol bueno, en la lucha contra la formación de las placas de ateromas , fortalecerá nuestras defensas y retardar el envejecimiento celular entre otros muchos buenos efectos. Por su alto contenido en teína, tomado a primera hora del día nos despierta, nos ayuda a mantenernos vigilantes alentando a nuestra capacidad intelectual incrementando nuestra concentración, es un buen estimulante del Sistema nervioso central. Por su contenido en taninos es útil en trastornos digestivos como diarreas y gastritis. Su ingesta produce sensación de saciedad y es diurético, bueno para personas que retengan líquidos causantes de edemas, sirve también de ayuda en dietas con las que se busca controlar el peso. Por el flúor que aporta es muy útil en la prevención de caries y en el fortalecimiento del esmalte dental.
Aunque el té negro Pakistaní está lleno de razones para que lo tomemos y sabemos los muchos defensores y adeptos, también existen razones y situaciones como son el embarazo o la lactancia en la que esta desaconsejado su consumo.