Una vez recogidas y selecciónadas las hojas de la Camelia Sinensis pueden ser sometidas a procesos como el de secado, de amontonado, de marchitado, de fijado, de enrollado y de fermentado entre otros. Una vez separadas del resto de la planta, empiezan rápidamente a sufrir cambios físicos y de composición, se rompen sus paredes celulares, se producen reacciones enzimáticas al entrar en contacto con el oxígeno del aire, se oscurecen etc,etc , entre otros. Con los procesos citados podemos buscar, provocar, evitar o controlar alguna propiedad o característica del producto final, como ejemplo con un sencillo secado, eliminaremos el exceso de humedad de la hoja, que provoca su rápido deterioro.
Entre los procesos que pueden pasar y hemos citados, está el de fermentación, es este un proceso muy delicado y que precisa personal muy especializado ya que de su resultado depende mucho la calidad del té resultante. Las hojas sometidas a fermentación nos proporcionaran un té fermentado, si no pasaron por este proceso tendremos un té no fermentado, y si la fermentación se interrumpió en un momento determinado voluntariamente, el té que resultante sería un semifermentado con lo cual, las características organolépticas, cualidades y propiedades serán diferentes y sus infusionados también.
Así el Té blanco, el Té verde, el Té Macha serán ejemplos de tés no fermentados. El amarillo, el negro, el pu-erh y el té Oolong que es la variedad de la que nos vamos a ocupar son tés fermentados con mayor o menor intensidad.
El té Oolang, conocido también como té azul, es un té habitual en China y en Asia y muy considerado. Este té, es el resultado de secar al sol las hojas maduras de la planta, envolverlas en paños de algodón, rompiendo la estructura de la hoja al comprimirlas con rodillos. El mayor grado de oxidación puede alcanzar hasta el 60% en la variedad de Taiwán y en China esta oxidación es menor, suele estar entre el 8 y el 25%. Este té Oolong podemos situarlo entre las variedades de té verde y Té negro.
Su color una vez infusionado varia del marrón oscuro al anaranjado según su origen, el sabor es especialmente agradable con toques herbales y afrutados, es rico en vitaminas y minerales resultando muy depurativo y digestivo. Su contenido en taninos y teína es inferior al del té negro, al ser un té semifermentado el proceso es más corto que en el fermentado y el grado de oxidación es también menor, afectando menos a componentes importantes como polifenoles, antioxidantes. Una vez considerada acabado el grado de fermentación que buscamos se deja secar.
Preparar la infusión es fácil ; cuidaremos la temperatura del agua con la que queremos infusionarlo, esta no deberá ser superior a 80º (herviremos el agua y dejaremos que enfrié un poco ) , y como tiempo de infusión óptimo consideraremos sobre unos 4 minutos. Es de los tés no hay muchos, que aceptan una segunda y una tercera infusión que apenas contendrán teína.